La Iglesia «busca ser
abierta, inclusiva y acogedora», ha afirmado Francisco este miércoles en la
audiencia general. Por ello, la campaña Compartiendo el viaje,
a la que ha dado el pistoletazo de salida, invita a las comunidades cristianas
a encontrarse con los inmigrantes que viven en su zona.
El Papa Francisco ha dado este miércoles el pistoletazo de
salida a la campaña de Cáritas Internationalis Compartiendo el viaje.
«¡Qué lindo el nombre!», subrayó el Papa Francisco al final de
su audiencia semanal, al saludar a migrantes,
solicitantes de asilo, refugiados y trabajadores de Cáritas Italiana y
otras organizaciones católicas. Todos ellos «son signo de una Iglesia que busca
ser abierta, inclusiva y acogedora».
Un viaje a dos, impulsado por la esperanza
Es el mismo Cristo quien «nos pide acoger a nuestros hermanos y
hermanas migrantes y refugiados con los brazos abiertos». Antes, durante la
catequesis –dedicada a los enemigos de la esperanza cristiana–, Francisco
también había aludido a la nueva campaña de Cáritas.
La esperanza –afirmó– debe animar tanto a quienes dejan su
tierra como a quienes los acogen. «Es el impulso a “compartir el viaje”, porque el viaje se hace de a dos: los que vienen a nuestra
tierra, y nosotros que vamos hacia sus corazones, para entenderlos, para entender
su cultura, su lengua. Es un viaje de a dos, pero
sin esperanza ese viaje no se puede hacer. ¡No tengamos miedo de compartir la
esperanza!»
Durante la audiencia, el Papa también saludó y mostró su
agradecimiento a las entidades de la sociedad civil, no católicas, que han
colaborado con Cáritas recogiendo firmas «para una nueva ley migratoria más
adaptada al contexto actual».
El primer paso, conocer la realidad
Poco después de las palabras del Papa, la sala de prensa de la
Santa Sede acogió una rueda de prensa en la que han presentado Compartiendo el viaje el
cardenal Luis Antonio Tagle, presidente de Cáritas Internationalis; el director
de Cáritas Etiopía, Bekele Moges, y sor Norma Pimentel, directora de Catholic
Charities en el Valle de Río Grande (Estados Unidos, en la frontera con
México).
En declaraciones a Radio
Vaticano, sor Norma ha explicado que la manera de
compartir el viaje es invitar a las parroquias a «conocer, a tener relación con
una madre, con una criatura, que está ya en nuestra
comunidad y que necesita protección». Dando a conocer su realidad, los fieles
«se van a abrir y les va a quitar el miedo a acercarse al migrante, algo que
Dios mismo nos está pidiendo».