Comentario al Evangelio
Nos presenta el
evangelio una jornada en la vida de Jesús. Jesús ha estado
predicando y acepta la hospitalidad de sus discípulos. Parece que va a
descansar, pero la enfermedad de
la suegra de
Pedro cambia los planes. Jesús percibe su necesidad y
la libera de
la enfermedad. Esto provoca
que todos los
“sufrientes” acu- dan a
padecen las consecuencias
de un mundo marcado por el dolor
y la injusticia, los que
con más facilidad
acuden a Cristo.
La vida de
Jesús se concibe
como una lucha sin
cuartel contra el
sufrimiento y el mal en todas sus
formas. El pecado, la enfermedad, el
dolor, el sufrimiento físico
o espiritual son
signos del “poder
de este mundo” que Cristo ha venido a vencer con el “poder de Dios”.
De todas formas
esta servicialidad de Cristo
eso no autoriza
a nadie a
que se “apodere” de Cristo.
Cristo no ha venido, ni viene hoy
a solucionar “mis”
problemas como una
especie de 112
divino. Cristo proclama su salvación con obras y palabras y
nos invita a
nosotros a que proclamemos también
la obra de
Dios que nos libera cada día
para ponernos a su servicio.
La suegra
de Pedro es
el prototipo del discípulo. Ella, una vez curada, se pone
a servirlos. Nosotros, liberados del pecado, somos convocados
y enviados para
ponernos al servicio
de la misión
de Cristo que va siempre más allá
de nuestras fronteras, porque “para eso ha salido”